Me han dicho que la vida termina en muerte, pero ninguno muerto ha venido a confirmarme lo que se afirma.
Sé o no sé, he ahí la cuestión.
El camino que conduce al conocimiento de las cosas del Universo es el camino del azar. El Hombre –especie-, se cuestiona incesantemente sobre los misterios de la naturaleza, pero no obtiene respuestas a voluntad, sino que estas se rebelan de manera esquiva. Muchas son las cosas que, sin dudas, Puede el Hombre –especie-, pero su corto conocimiento de estas lo limita en su accionar, que es lo mismo que decir: “Lo limita en lo que Puede”.
En un principio el Hombre –especie- no sabía lo que podía. Siempre pudo surcar la mar o danzar sobre la Luna. Siempre pudo curar la lepra o quemar Hiroshima, pero no lo sabía, no podía saberlo, porque tales conocimientos aun no se revelaban. Hoy no lo sabe, pero quizás llegue a deambular hoyos negros o bailar con una supernova de fondo.
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